El arte, al igual que la vida, va tomando forma propia, autónoma e independiente de las manos que lo crean, los personajes van surgiendo y hablando por sí mismos y solo podemos rendirnos ante ellos para dejarlos surgir mientras miramos atónitos su propio desarrollo.
Primero son una forma primigenia y simple, igual que los primeros seres vivos, luego y a medida que lo van necesitando desarrollan sus propios detalles, sus propias formas, sus propios materiales, los artistas somos solo un canal, un intermediario entre las ideas y la materia, así sucedió con este personaje del que desconozco su origen y su destino pero que me ha acompañado a mi y a todos quienes lo han adoptado a lo largo de estos años.
Estas imágenes son una huella de ese camino, del desarrollo de este ser alegre y salvaje que por un instante nos recuerda que somos vida, arbol, rio, viento, mar...y que pase lo que pase siempre puedes sonreír.