ERES MI TATUILLITA

 Después de varios amores fallidos y algunas cervezas con amigos, sentado en la escalera  èl le pidió al cielo que bajara por los escalones una trigueña candelosa que le declarara su amor y sin sospechar que el cielo escuchaba, dejo su petición en el aire, distraído.
    Ella comenzaba su vida, esa que estrenamos cuando nos reconocemos, bajò la mismas escaleras con su ímpetu caribeño, inocente de que el cielo estaba por hechizarla, se acerco como una ráfaga y por primera vez lo vio y entonces tuvo lugar el primer encuentro, la atracción inevitable de los contrarios, la unión perfecta entre cóncavo y convexo, agua y aceite a punto de emulsionarse.
    "Vengo a fundir una escultura" dijo ella como si en eso se le fuera a vida, con paso aplomado y sin prisa èl acepto el reto.
    Días después la mañana transcurrió poniendo ambos sus caricias sobre la misma escultura de cera, sin saber que en ese mismo instante estaban acariciando sus futuro juntos, ese día ella lo supo, lo reconoció, un amor de otras vidas por fin había encontrado su lugar, el hombre que había visto tantas veces en sus sueños estaba allí, frente a ella con sus manos gruesas de trato suave, su voz ronca y dulce, su paso tranquilo pero certero. "Es èl" no tenia ninguna duda y sintió una necesidad incontrolable de decírselo, de que el también la reconociera.
    Tardo unos días en juntar fuerzas para decirle que les esperaba el amor, que se habían encontrado, y finalmente un sábado bajò las escaleras con su paso huracanado, tomò un banco, se sentó y se lo dijo: Seras mi marido, tendremos hijos, nos hemos encontrado...este amor infinito que comenzó no se hace cuantas vidas ha regresado para juntarnos de nuevo, èl la miro perplejo y también la reconoció, la trigueña que le había pedido al cielo estaba allí, frente a el y entonces también lo supo.
    Los días transcurrieron dulces, los primeros besos, la danza de los cuerpos, las historias compartidas, el primer viaje juntos.....ella seguía haciendo esculturas, el seguía fundiéndolas y conjurando su amor en cada una.
    Bajo las estrellas, vestidos con sus cuerpo finalmente el lo confeso....."Eres mi escultura, mi estatua.....mi estatuillita......mi Tatuillita"
    El tiempo ha ido pasando, quiso la vida que florecieran los hijos, las arrugas, las canas y los sueños y muchos años después cada mañana ella se despierta con café en la cama, el tiene quien le recuerde que debe comer para que no le duela la cabeza. Han pasado juntos por heridas, dolores y recompensas y cuando todo esta por derrumbarse ese amor bonito que nació en una escalera los hace subir al paraíso de estar juntos para siempre.
    Esta escultura es "Tatuillita", la mujer en la que me convirtió su amor.